domingo, 16 de mayo de 2010

CUANDO SUS HIJOS TENGAN UN PROBLEMA, ¿A QUIÉN QUISIERA QUE RECURRAN PRIMERO?

Cuando usted está con sus hijos y algo o alguien lo perturba, ¿les cuenta cómo se siente? ¿No? ¿Por qué? ¿Alguna vez habla con sus hijos adolescentes sobre lo preocupado que está por una decisión que tiene que tomar? ¿Sí? ¡Muy bien! ¿No? ¿Y cuál es la razón que le impide hacerlo?
¿Cómo pretender que los hijos hablen con los padres sobre los sentimientos que los afligen y los problemas si son los mismos padres los que no hablan sobre sus propias dificultades en frente de sus hijos?
Las investigaciones afirman que los padres son el modelo de conducta más importante en la vida de los niños. En lo que respecta a la comunicación entre padres e hijos, la mayoría de los padres, no usa esta influencia de manera eficaz. Muy pocos padres son conscientes que admitir sus propias vulnerabilidades y debilidades ante sus hijos podría ser visto por un niño o un adolescente como un símbolo de la fortaleza de sus padres. La mayoría de los padres siente que, ante sus hijos pequeños o adolescentes, siempre debe lucir fuerte, tener razón y no tener ansiedades.
Con el tiempo, los jóvenes ven esta “fachada” o “máscara” como lo que realmente es: el encubrimiento de temores y debilidades. Más importante aún es que, a los ojos de un adolescente, esa actitud es vista como falsa y mentirosa. Cuando estos jóvenes necesitan padres emocionalmente fuertes, resistentes y genuinos en quienes confiar y con quienes desarrollarse y madurar, sienten que es justamente con ese tipo de padres con quien no pueden contar.
Esta es una de las razones por las que muchos adolescentes se sienten perdidos o deprimidos, y es entonces cuando recurren a sus pares o a las drogas.
Los padres deben hablar con sus hijos jóvenes, especialmente con los adolescentes, sobre las características particulares de cada uno: cada persona tiene sus propios temores, debilidades y vulnerabilidades. Y cada persona también tiene sus fortalezas.
El hecho de que una persona sea consciente de sus preocupaciones, sus angustias y sus temores, y sea capaz de hablar acerca de ello, es una fortaleza. Tener este tipo de sentimientos no es una debilidad. Todas las personas los tienen. La verdadera debilidad es no ser capaz de hablar abierta y honestamente sobre ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario