En general, ir al colegio es un evento excitante y agradable para los niños. Sin embargo, pueden presentarse casos para los que esta situación conlleva intenso miedo o pánico. Esto puede presentarse en cualquier momento, pero es más común en niños entre los 5 -7 y de 11 -14, momentos de crisis en el colegio, ya que los niños se enfrentan a retos nuevos y concretos.
El negarse a ir al colegio aparece por lo general después de un periodo en el que el niño ha estado en casa en compañía de su familia y no quiere separarse de ellos. Puede suceder también después de un evento inesperado que no sepa cómo manejar, como la muerte de un familiar, de una mascota, una mudanza o un cambio de colegio. El niño puede poner como excusa algún malestar físico para que se le permita quedarse en la casa o simplemente se niega a salir de la cama.
Ahora bien, hay que tener en claro que el miedo o pánico es a salir de la casa y/o a separarse de sus padres y no a ir al colegio, por esto es que una vez que en niño esté en el colegio puede mostrarse tranquilo. Algunas características que pueden presentarse en los niños son: sentirse inseguros si se quedan solos en un cuarto, demostrar un apego excesivo, demostrar preocupación excesiva acerca de sus padres o de que puedan hacerse daño, ser la sombra de sus padres en casa, tener dificultad para dormir, tener pesadillas, tener temor exagerado a animales, monstruos y ladrones, temer quedarse solo en la oscuridad y hacer rabietas cuando se les obliga a ir al colegio.
Estos temores son comunes entre los niños con el problema de ansiedad por separación. Los efectos a largo plazo (ansiedad y desorden de pánico al llegar a adultos) pueden ser muy serios para un niño que no reciba ayuda profesional. Así mismo, puede desarrollar problemas escolares y sociales.
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