jueves, 4 de junio de 2009

¿ES POSIBLE LA DISCIPLINA EN LA ADOLESCENCIA?

La adolescencia es una etapa complicada, existen muchos cambios en nuestros hijos/as muchos de los cuales nos cuesta entender y abordar, es por esto que muchas veces nos sentimos a “prueba” como padres.

Uno de los temas más importantes en la crianza de nuestros hijos/as adolescentes, es promover disciplina e impartir normas y valores. Como padres, nos encontraremos en aprietos frente situaciones donde nuestros hijos/as nos pongan al “límite”, haciéndonos sentir confusos sobre cómo debemos actuar y qué consecuencias ellos deben asumir.
Es necesario tomar en consideración que si queremos ser una autoridad positiva, debemos ser consecuentes y sobre todo compartir con nuestra pareja las dediciones y los mensajes que les queremos dar a nuestros hijos/as.

Así mismo, si queremos ser respetados por nuestros hijos/as, debemos permanentemente replantear las pautas que establecemos y preguntarnos si son las más adecuadas para las situaciones y retos que nos presenta esta etapa.

Si bien debemos preocuparnos por el cariño, la comprensión, el respeto y el cuidado por su integridad psicofísica, también es fundamental que seamos lo suficientemente fuertes a la hora de poner límites, lo cual será finalmente reconocido por ellos, aunque no lo parezca en un primer momento.

Gran parte de las protestas y rebeliones, que demuestran los adolescentes, son una forma de llamar la atención. Lo que hacen es pedirnos apoyo y/o soporte frente a la gran cantidad de intensa incertidumbre por la que transcurren en estos momentos de su vida.

También, son intentos de ponerse a prueba ellos mismos y reafirmarse. Sin embargo es totalmente necesario que ellos, sean capaces de auto cuestionarse y cuestionar su entorno, para lograr el tránsito de adolescente a adulto con una personalidad lo suficientemente consolidada.

Es clave saber cómo manejar este tipo de actitudes, para lograr un equilibrio, que nos lleve a tomar decisiones sin una rigidez exagerada, pero tampoco sin ser extremadamente permisivos.

Un elemento imprescindible es tener claro el por qué o la causa, cuando debemos marcar pautas o poner límites, así como hacerles saber cuál ha sido el criterio que adoptamos para el “no” y que en ambas situaciones se apunta a beneficiarlo y protegerlo. Puede ocurrir que una pauta determinada sea duramente resistida, por ello siempre hay que replantear y considerar por qué motivo la establecimos.

Por ello hay que reconocer que la disciplina es una herramienta básica en la formación de una persona responsable y estable, así que es muy importante tener unas normas y límites bien definidos y exigir que todos los respeten.

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