lunes, 22 de febrero de 2010

La rivalidad entre hermanos


Los celos y las peleas esporádicas entre hermanos son un hecho muy frecuente. Esta rivalidad es natural e incluso necesaria, ya que surge del normal desarrollo de la convivencia infantil.

La rivalidad forma parte de una etapa en las relaciones entre hermanos. Es un periodo que es necesario vivir y que debe ser superado. La finalidad de los padres es conseguir que los sentimientos rivales se transformen en actitudes de cooperación y solidaridad poniendo las normas y reglas de convivencia de manera empática. Es esencial que cada hijo sea querido y, a la vez, tratado de forma diferente en función de sus propias necesidades. De lo contrario el clima que se genera propiciará la enemistad en la relación fraternal.

Por lo general, el hermano “destronado" (hasta cierto momento hijo único), es quien por un lado desea el nacimiento de un nuevo hermano pero, por otro, siente celos puesto que lo percibe como una amenaza. Puede sentir miedo a que le quite todo aquello de lo que disfrutaba y a que lo quieran menos Este fenómeno suele ser más frecuente en las épocas de crisis de los niños (de 3 a 7 años).

Otro caso que puede favorecer la aparición de rivalidades es cuando los padres se muestran de forma diferente con sus hijos, mostrando que prefieren a uno más que al otro. Este tipo de actitudes originan verdaderos odios infantiles que se prolongarán de adultos impidiendo una relación fraternal de calidad. Este punto tiene que ser tomado con pinzas, porque, como sabemos, es poco probable querer a los hijos por igual, ya que podemos identificarnos más con el carácter de uno o compartir más actividades con otro. Ante esto, los padres tienen que estar atentos a su comportamiento y actitudes para no mostrar favoritismos desmedidos.

Así mismo, algunos padres enfrentan a sus hijos con otros niños con el objetivo de estimularlos. El hecho de comparar a los hermanos fomenta la rivalidad. Otras veces, existe la costumbre de poner apodos a los hijos basándose en su aspecto físico, en su inteligencia, carácter, etc. Sería bueno evitar este encasillamiento porque supone la limitación de su desarrollo en muchos aspectos.

Ahora bien, el ambiente familiar, por su propia naturaleza, constituye la primera escuela de socialización. Es en este medio, rico en vivencias, donde las relaciones entre hermanos adquieren su pleno sentido. Estos vínculos tienen unas características propias. No sólo es mucho el tiempo que se ven obligados a pasar juntos, sino que el tipo de actividades que comparten es muy variado, tanto en calidad como en cantidad.

Casi por norma general, en todas las familias, los niños comen, juegan, se bañan y se visten juntos. Los hermanos se conocen unos a otros de forma total y carecen de secretos, sobre todo si son pequeños. Este grado de confianza conduce a que las relaciones entre ellos sean absolutamente francas, siendo a veces, cruelmente sinceras.

Estos contactos variados y numerosos entre hermanos, unas veces alegres otras veces violentos, van llevando al niño hacía una convivencia madura. A medida que la familia aumenta con la llegada de los hijos las relaciones se van extendiendo y complicando.

Algunos aspectos positivos de la convivencia entre hermanos
- Estimula el liderazgo. Los hermanos mayores son verdaderos maestros de los pequeños. Este tipo de liderazgo espontáneo surge con el contacto de los hermanos y puede transformarse en una verdadera escuela de aprendizaje.

- Afirma la personalidad. Las semejanzas que existen entre hermanos, de tipo físico o de carácter, contribuyen a un elemento de seguridad en sí mismo. Este verse reflejado en otro, puede servir al niño para autodisciplinarse, imitando la conducta del hermano o corrigiendo lo que no le gusta. En esta línea, es muy importante evitar la comparación entre hermanos.

- Fomenta la individualidad. No todos los hermanos reaccionan del mismo modo ante la misma situación. Desde este enfoque, el contacto entre hermanos resulta muy beneficioso, porque ofrece a cada uno las posibilidades de desarrollar sus características particulares.

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