En principio, la orientación vocacional, profesional o para el desarrollo de la carrera, surge como necesidad de facilitar a los alumnos, en especial lo que terminan la educación escolar, la información necesaria para su adecuada inserción en el mundo laboral.
Desde sus orígenes hasta la actualidad ha experimentado cambios significativos y ha pasado de ser una acción puntual, a ser una acción permanente integrada en la dinámica educativa.
Se considera la orientación vocacional como una necesidad esencialmente humana, de contenido educativo, a través de la cual se decide un proyecto de vida formativo o profesional, realizado por medio de una secuencia de opciones o elecciones que se van planteando ante la necesidad de interpretar las cuestiones fundamentales de la vida, y todo ello enmarcado en los contextos familiar y ambiental.
Es así que, hay que tener en claro que los adolescentes pueden no tener muy definido cuáles son sus preferencias e intereses vocacionales debido a una serie de factores, que van más allá del rendimiento académico o nivel cognitivo, entre los cuales estarán la madurez psico-emocional, social y cultural. Con esto, la orientación profesional se debe asumir como meta o finalidad en el desarrollo del individuo a lo largo de toda la vida.
Así pues, la educación vocacional supone el conocimiento de sí mismo, de las ofertas educativas y los itinerarios académicos, del mundo laboral. Solo la integración de todas estas áreas permitirá al adolescente tomar las decisiones más adecuadas.
Para lograr un mayor grado de eficacia en la orientación vocacional, el alumno debe ser el protagonista de los procesos y deberá implicarse de forma activa en sus aprendizajes.
Desde sus orígenes hasta la actualidad ha experimentado cambios significativos y ha pasado de ser una acción puntual, a ser una acción permanente integrada en la dinámica educativa.
Se considera la orientación vocacional como una necesidad esencialmente humana, de contenido educativo, a través de la cual se decide un proyecto de vida formativo o profesional, realizado por medio de una secuencia de opciones o elecciones que se van planteando ante la necesidad de interpretar las cuestiones fundamentales de la vida, y todo ello enmarcado en los contextos familiar y ambiental.
Es así que, hay que tener en claro que los adolescentes pueden no tener muy definido cuáles son sus preferencias e intereses vocacionales debido a una serie de factores, que van más allá del rendimiento académico o nivel cognitivo, entre los cuales estarán la madurez psico-emocional, social y cultural. Con esto, la orientación profesional se debe asumir como meta o finalidad en el desarrollo del individuo a lo largo de toda la vida.
Así pues, la educación vocacional supone el conocimiento de sí mismo, de las ofertas educativas y los itinerarios académicos, del mundo laboral. Solo la integración de todas estas áreas permitirá al adolescente tomar las decisiones más adecuadas.
Para lograr un mayor grado de eficacia en la orientación vocacional, el alumno debe ser el protagonista de los procesos y deberá implicarse de forma activa en sus aprendizajes.
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