lunes, 30 de noviembre de 2009

¿Qué nos dice el aislamiento adolescente?

“Mi hijo se encierra en su cuarto todo el día, casi ni lo vemos por estar con la computadora”


Actualmente, con todos los cambios veloces y las presiones (estudios, amigos, padres, pareja) a los que se ven sometidos los adolescentes, se nota mayor tendencia a desarrollar más presiones internas. Es decir, el adolescente genera expectativas personales muy grandes y difíciles de satisfacer, así mismo espera cumplir con muchas cosas a la vez y no fallar en ninguna. Probablemente esta situación sea la causa más importante para que se den conductas de aislamiento y encierro, en las que se permite salir de su cuarto o de la computadora para lo mínimo indispensable como las clases y una que otra reunión con los amigos.

Si bien es cierto, el adolescente que muestra este tipo de comportamiento, socializa menos – pensando de manera tradicional, ya que puede tener miles de amigos virtuales alrededor del mundo –, sien embargo, el que presente estas conductas también puede ser una manera de protegerse frente a toda la estimulación y presiones sociales externas.

Es aquí donde la idea de conocer gente y tener muchas redes y grupos de amigos virtuales que nunca se llegan a conocer y hasta encontrar alguien virtual de quien enamorarse parece una salida bastante fácil y cómoda, ya que el tener relaciones humanas puede llegar a sentirse de manera amenazante, sin embargo el adolescente corre el riesgo de sentirse más solo.

Ahora bien, hasta hace unos años los hijos podían contar con sus padres como figuras de referencia, de apoyo. No era raro que ante cualquier lío entre chicos en el colegio, uno le dijera a otro “Le voy a decir a mí papá que me estás molestando para que venga” o “fulanito me pegó y yo le dije: “Ahora te voy a traer a mi papá””. Aquí claramente, el padre era visto y sentido como esta figura protectora que defendía sin pensarlo dos veces.

Actualmente, esto ha cambiado de manera radical y si algún chico se atreve a decir alguno de los ejemplos del párrafo anterior, probablemente le responderían “Ay, vas a traer a tu papá? Tremendo manganzón!”, aunque el chico tenga 5 años. Este tipo de “recurso” ya no es aceptable. Ahora más bien los chicos se manejan con la idea de tener que defenderse solos.

Ante esto, nuevamente caemos en el tema del sentimiento de soledad, de tener que afrontar todo - bueno, malo o regular - como se pueda y de manera individual. Aparentemente, todo queda centrado en uno mismo y aunque esto es parte de nuestra época, al adolescente no le queda más que arreglárselas, pero muchas de las veces llega a una adaptación forzada, automatizándose o incitándolo a que busque encerrarse más como forma de protección.

Es por esto que, es sumamente importante que los padres, cuidadores y profesores de adolescentes tengan presente que si bien es cierto el adolescente necesita de límites claros y espacio personal para el fomento de la construcción de su identidad, es sumamente importante acogerlo en aquellos momentos de regresión y ayudarlo, lo pida o no, sin fomentar en él sentimientos de vergüenza cuando necesite del apoyo, consejo o guía de lo demás.

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