
Desde sus orígenes hasta la actualidad ha experimentado cambios significativos y ha pasado de ser una acción puntual, a ser una acción permanente integrada en la dinámica educativa.
Se considera la orientación vocacional como una necesidad esencialmente humana, de contenido educativo, a través de la cual se decide un proyecto de vida formativo o profesional, realizado por medio de una secuencia de opciones o elecciones que se van planteando ante la necesidad de interpretar las cuestiones fundamentales de la vida, y todo ello enmarcado en los contextos familiar y ambiental.
Es así que, hay que tener en claro que los adolescentes pueden no tener muy definido cuáles son sus preferencias e intereses vocacionales debido a una serie de factores, que van más allá del rendimiento académico o nivel cognitivo, entre los cuales estarán la madurez psico-emocional, social y cultural. Con esto, la orientación profesional se debe asumir como meta o finalidad en el desarrollo del individuo a lo largo de toda la vida.
Para lograr un mayor grado de eficacia en la orientación vocacional, el alumno debe ser el protagonista de los procesos y deberá implicarse de forma activa en sus aprendizajes.
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