domingo, 15 de marzo de 2009

Entendiendo a los adolescentes


Al hablar de los adolescentes muchas veces nos encontramos con publicaciones que intentan hacer un abordaje a través de su patología, dejando de lado otras formas de aproximación. Este artículo intenta explicar como son algunos de los procesos subyacentes de esta etapa, enfocándose en entender cada una de las áreas de funcionamiento propias del desarrollo en la adolescencia.

Cómo es un adolescente?

Los adolescentes tienen la capacidad de pensar sobre sí mismos; sin embargo, les cuesta entender su problemática en un nivel superior de pensamiento, siéndoles difícil la expresión y la vivencia subjetiva de los mismos, por lo que tienden a la actuación.

Así mismo, éstos se encuentran en el proceso de crisis propio de su etapa de desarrollo vital, la cual es caracterizada por una serie de cambios que irrumpen de manera abrupta, siendo difíciles de integrar a la vida psíquica. Ellos luchan por encontrar una identidad propia, independiente y separada de la de sus padres, de una forma intensa y violenta, como un intento de integrar aspectos de su personalidad en un todo coherente y organizado que le permita reconocer aspectos positivos y negativos de sí mismo, sus fortalezas y debilidades y sus propias necesidades. Este proceso se complejiza, ya que muchas veces sienten la necesidad de regresionar a etapas más infantiles de desarrollo, en búsqueda de protección y cuidado. No obstante, es probable que no encuentren apoyo, ni soporte, ni referentes concretos para ubicarse en la realidad y elaborar lo que están viviendo.

El entorno familiar puede percibirse como ausente, distante, falto de cariño y de comunicación, llegando a sentirse “desprotegidos”, “dejados a su suerte”, ya que en un intento de dar “libertad” los cuidadores pueden dejar de lado los límites y las normas necesarias para la organización mental del adolescente.

Pueden sentirse un poco avasallados por el entorno, así como devaluados y desvalorizados, tanto a nivel físico como intelectual, siendo incapaces de encontrar personas que le den una mirada diferente. Muchas veces esto lo intentan contrarrestar mostrando una imagen indolente, despreocupada, como una persona a la que nada le afecta o también pueden mostrarse como el “payaso” o “bromista” que desea llamar la atención y acaparar todo el espacio posible, en un intento de manipular las situaciones a su conveniencia. Esta es una forma de “rebelarse” contra el entorno, pero terminan boicoteándose ellos mismos, ya que más que soluciones eficazmente pensadas, son respuestas impulsivas que llevan a resultados negativos.

Los adolescentes también podrían evidenciar dificultades para entablar y mantener relaciones interpersonales, mostrándose tímidos, introvertidos e intolerantes para ajustarse a situaciones típicas sociales, ya que ni física, ni intelectualmente se sienten a la a altura de las expectativas de los demás, por ello tienden o bien a excluirse o bien a mostrarse con una imagen defensiva.

Cuando entablan relaciones, éstas pueden caracterizarse por ser demandantes ya que existe una gran necesidad de afecto. Existen sobre todo dificultades para entablar relaciones con el sexo opuesto, sin embargo, pueden estar enmascarando dificultades de comunicación y acercamiento hacia estas figuras.

A nivel psicosexual, pueden no sentirse preparados para afrontar los cambios corporales que presentan, esta situación termina por confundirlos y atemorizarlos, ya que es difícil la emergencia de un cuerpo lleno de impulsos sexuales que inundan sin elaboración.


Recomendaciones para los padres:

§ Espacio propio (cuarto) y separado para el adolescente en donde el pueda poner sus cosas (posters, cds, computadora) que no sea invadido, ni dañado por otros.

§ Otorgar límites, órdenes, reglas, horarios, etc. necesarias para la organización y el orden mental y emocional, explicándole los motivos por los que se le prohíbe o se le limita en algo, las reglas deben ser claras, precisas y acordes a la conducta problema.

§ Reconocer no solo sus debilidades sino también sus recursos y habilidades. Además, hay que motivarlo en las cosas que hace bien y fortalecer sus aspectos más débiles. Por ejemplo en algún momento ayudarlo en sus tareas o preguntarle cómo le va en el colegio.

§ Realizar actividades al aire libre con el adolescente, donde se pueda compartir y conversar con él.

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