domingo, 15 de marzo de 2009

Madres adolescentes en el Perú

Nuestro país se caracteriza por ser un país “joven”, es decir, la mayor parte de la población son niños y adolescentes. Pero, ser joven en el Perú es, desde hace mucho tiempo, “difícil”, ya que mayoritariamente son un grupo excluido y sin acceso a servicios básicos y de calidad.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (2005), alrededor del 22.1% de la población total del Perú se encuentra entre los 10 y 19 años de edad y el 70% de ellos viven en áreas urbanas marginales.
En relación a las mujeres adolescentes de 15 a 19 años de Lima Metropolitana, el 30% de ellas no tiene cubiertas sus necesidades básicas, el 52% viven en condiciones de hacinamiento, el 30% tienen viviendas con características físicas inadecuadas y el 29% no cuenta con servicio de desagüe (Gutiérrez, 1996).
Si nos centramos en los datos sociodemográficos de la maternidad adolescente encontramos que, dentro del grupo de 15 a 19 años en Lima Metropolitana el 5.7% ya son madres y el 2.4% están embarazadas (Instituto Nacional de Estadística e Informática [INEI], 2005).
Por otro lado, el contexto en el que las madres adolescentes de bajos recursos viven no actúa como fuente de soporte. Es así que, cifras del Ministerio de Salud (2004) muestran que el 66.9% de adolescentes de 10 a 14 años vive en condiciones de pobreza y el 56.6% de los que tienen entre 15 y 19 años vive en condiciones de extrema pobreza.
En el campo de la salud, la maternidad adolescente tiene una alta tasa de mortalidad materna (22.2/100 000), siendo el embarazo y el parto la tercera causa de muerte (29/1000) (Ministerio de Salud [MINSA], 2004).
Sin embargo, Stern (1997) argumenta que si la adolescente gestante, de 16 o más años, cuenta con condiciones de nutrición, cuidado médico y un contexto familiar y social favorables, no debería de presentar complicaciones que pongan en riesgo su vida y/o su embarazo. Sin embargo, en el caso de las adolescentes de nivel socioeconómico bajo, cabe más la posibilidad de que la edad de la madre se relacione con problemas nutricionales, de cuidado de la salud, de negligencia en el cuidado propio y con condiciones culturales o sociales de riesgo (Sorenson, Turner & Turner, 2000).
Por otro lado, Távara-Orozco (2004) afirma que la maternidad adolescente está relacionada a un rango más alto de fertilidad, es decir, las madres adolescentes tienen más probabilidades de tener hijos en menores intervalos de tiempo y más hijos que aquellas madres que son más maduras. Es por esta razón, que el embarazo precoz está íntimamente relacionado al concepto de “transmisión intergeneracional de la pobreza”.
Ahora bien, es ampliamente conocido que la adaptación a todos los cambios de la adolescencia puede ser difícil y estresante. En esta etapa se experimentan momentos de desajuste, confusión, enfado y depresión. Algunos adolescentes pueden encontrar obstáculos que detienen por completo su desarrollo. Sin embargo, éstos también pueden ser una fuente de estímulo y crecimiento (Berger, 2004; Papalia, 2005).
Para Piérola (2005) y Távara-Orozco (2004), en una sociedad con patrones culturales tradicionales, como la peruana, no se acepta fácilmente la idea de la sexualidad en la adolescencia. Por esa razón no se educa a los adolescentes sobre la vida familiar y sexual, o se les educa de manera insuficiente sin tomar en cuenta sus necesidades reales. Asimismo, las adolescentes raramente acceden a los servicios de salud reproductiva y anticonceptiva.
Para Távara-Orozco (2004) y Traverso (2006) algunas de las causas más comunes del embarazo adolescente en nuestro país son: (a) la falta de información sobre métodos anticonceptivos, (b) relaciones sexuales sin protección, (c) falla anticonceptiva, (d) uso incorrecto de métodos anticonceptivos, a veces debido a intoxicación por alcohol o drogas, y (e) violación o violencia familiar.
Dentro de las posibles causas psicológicas del embarazo adolescente, diferentes autores (Levine & Lindsay, 1998; Rubarth, 1994; Traverso, 2006) acuerdan que debido al pensamiento omnipotente muy presente en esta etapa evolutiva puede que se pase por alto el cuidado anticonceptivo. Además, las relaciones sexuales pueden ser vistas como conductas que pertenecen al mundo adulto, por las que el adolescente busca acceder a la adultez. Así mismo, la soledad que probablemente sienta la adolescente puede llevarla a un embarazo como medio de retener a la pareja o de buscar el cuidado y la protección de su familia.
Según Buitrón (2005), en el caso de las adolescentes de bajos recursos también se encuentra que el contexto de violencia física o psicológica al que se ven sometidas en sus hogares lleva a la búsqueda temprana de la maternidad y a la evasión de sentimientos displacenteros a través de la conformación de un nuevo hogar.
Adicionalmente, cabe resaltar que los resultados de los estudios de Gilligan (1993) indican la importancia de las relaciones interpersonales y el cuidado hacia los demás en el desarrollo femenino. Esta orientación de cuidado sugiere que la maternidad puede ser considerada como un rol muy importante en la formación de la identidad de muchas mujeres.
Para diversos autores (Bardales & Chirinos, 1998; Hidalgo & Moreno, 2002; Hidalgo & Sánchez, 2002; Nóblega, 2006; Raeff, 1994; Smith, 1999) esto podría encontrar explicación si nos centramos en el proceso de socialización de muchas mujeres, ya que desde muy niñas pueden quedar relegadas a tareas domésticas y ser reconocidas a partir de ésta única función, lo cual las llevaría a pensar que se busca desarrollar en ellas valores fundamentalmente afectivos relacionados a la familia y a su cuidado.
En el caso de las adolescentes de niveles socioeconómicos desfavorecidos la elaboración de su identidad puede ser un proceso difícil de llevar a cabo, debido a la falta de oportunidades educativas y profesionales a la que se ven enfrentadas. Y, la necesidad de generar recursos las obliga a dirigir todas sus energías y capacidades a dicho fin, lo cual deja muy poco tiempo para la exploración de otros aspectos de su identidad. (Hidalgo & Moreno, 2002; Hidalgo & Sánchez, 2002; Maurial, 1993; Piérola, 2005; Sorenson, Turner & Turner)
Además, la maternidad en este grupo de adolescentes puede ser vista como una opción de vida predecible, ya que sus figuras de identificación femeninas también fueron madres adolescentes. Ante esto, la maternidad se convierte en una opción que le permite definirse y tener un rol integral dentro de un contexto familiar (Hidalgo & Moreno, 2002; Hidalgo & Sánchez, 2002; Nóblega, 2006; Piérola, 2005; Sorenson, Turner & Turner, 2000; Traverso, 2006).
Finalmente, Hidalgo y Moreno (2002) e Hidalgo y Sánchez (2002) afirman que la maternidad durante la adolescencia se caracteriza por ser un acontecimiento enormemente impactante y difícil para la mayoría de las adolescentes que se convierten en madres, ya que no sólo pasan por un periodo de cambios propios de esta etapa, sino que también viven una transición a la maternidad, que se caracteriza por ser otro periodo de cambios muy complejos.
Siguiendo a los mismos autores, estos cambios no son únicamente físicos y psicológicos, ya que la adolescente experimenta también el abandono de los estudios, una ruptura con el grupo de pares y matrimonios precipitados, es decir, se produce una importante ruptura con la trayectoria de vida hasta ese entonces conocida.

1 comentario:

  1. Hola que tal? quisiera saber cómo se llama el informe del INEI del 2005 al que se refieren cuando mencionan sobre las madres adolescentes en Lima metropolitana. Espero puedan ayudarme, gracias!

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